viernes, 9 de diciembre de 2011

Quisiera volver a Granada

Declaró enfermera internacionalista cubana que cumplió misión en la nación caribeña y ha seguido con detenimiento el desarrollo de la IV Cumbre CARICOM-Cuba

Por Mayra Lamotte Castillo

Fotos: Cortesía de la entrevistada

Tiene mucha razón el Presidente Raúl cuando dijo en la Cumbre de Trinidad y Tobago que debíamos aprender el idioma inglés”, expresó Elva Pelier Borges, profesora Auxiliar de Enfermería en la Facultad de Ciencias Médicas de Isla de la Juventud.

La también enfermera internacionalista siguió todo el tiempo

a través de los medios de comunicación– el desarrollo de la IV Cumbre CARICOM-Cuba a la que asiste una delegación del país, encabezada por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros.

Aunque no fui a una escuela de idiomas –recalcó–, me preocupé por aprender el inglés casi de manera autodidacta y unido a unos cursos cortos y gran sacrificio pude adquirir los conocimientos necesarios que avalaron mi selección para prestar cooperación en Granada.

Es una bella nación caribeña, con un clima agradable, formada por tres islas: Granada, Petite Martinique y Carriacou; en el hospital estatal Princesa Royal de Carriacou fue adonde primero trabajé junto al enfermero Alexis Cardoso.

Fuimos un grupo de enfermeras y ese enfermero de la Isla de la Juventud, pero al llegar allá nos separaron por dúos. Transcurridos los meses, volvieron a reunirnos en el principal hospital estatal de Saint George, la capital de Granada, conformado solo por seis salas. Allí hablábamos en inglés todo el tiempo.

Estuvimos en Granada desde noviembre del 2000 hasta febrero del 2004; arribamos por el aeropuerto donde se inmolaron los cubanos que lo construían cuando la invasión de Estados Unidos.

Estando allí, se empezó a construir un hospital nuevo al lado del nuestro gracias a la colaboración del Estado cubano; cuando regresamos a la Patria ya estaban a punto de inaugurarlo; supe los detalles acerca de su confort porque establecí relaciones estrechas con las enfermeras y pacientes con quienes todavía me comunico e intercambiamos mensajes y postales de fin de año. Al pasar el huracán Iván por Granada dañó a más del 90 por ciento de los hogares y el hospital resistió.”

La enfermera pinera Elva Pelier Borges siente orgullo por haber puesto su granito de arena en el respaldo brindado por Cuba a las naciones del CARICOM.”Ese bloque regional es un ejemplo de integración y cooperación entre los pueblos; si tuviera que volver a cumplir misión me gustaría regresar a Granada”.


miércoles, 7 de diciembre de 2011

No son olvidados jamás

Por Mayra Lamotte Castillo

Aunque mi hijo Aliesky no tuvo la dicha de conocer a su tío Ramón, se siente orgulloso cuando le dicen que sacó su mismo carácter, pues era un muchacho jovial, sensible, bailador de cuanto baile existiera,

sobre todo, de las ruedas de casino– y responsable en su trabajo: laboraba como técnico veterinario en la entonces granja pecuaria La Caoba, en Isla de la Juventud.

A Ramón Fernández Jauriga le faltaban solo tres días para concluir el Servicio Militar General cuando dio el paso al frente para cumplir misión en una nación africana, porque “ser internacionalista es saldar nuestra propia deuda con la humanidad”.

Partió para Etiopía el 25 de diciembre de 1977 y al otro día cumplía 23 años. Sin apenas llegar al mes de su estancia allí, cayó en combate en un enfrentamiento al enemigo a la entrada de Yiyiga, el 22 de enero de 1978.

Con el paso del tiempo, para la familia las lágrimas devinieron veneración y siempre halla motivo para mantenerlo vivo, en la fibra más íntima de su corazón.

Es que en Cuba los muertos son sagrados. Perviven en los pétalos de las flores, en una carta amarillenta doblada dentro de un cofre, en un mensaje escrito para la madre en un pañuelo en medio del fragor de la guerra, en los nombres de sus descendientes, en los retratos colgados en las paredes de las casas, en los sitiales de las escuelas, en los murales de los centros de trabajo, de las cooperativas y de los barrios.

Los restos de Ramón, como el de los miles de internacionalistas caídos en misiones en África, fueron trasladados a la Patria el siete de diciembre de 1989 en la Operación Tributo para darles sepultura en los Panteones de los Caídos, acondicionados en cada uno de los municipios del país, y recibieran el tierno beso y adiós de sus familiares, amigos, vecinos y todo un pueblo.

La Operación Tributo se hizo coincidir entonces con el aniversario 93 de la caída en combate del Lugarteniente del Ejército Libertador Antonio Maceo Grajales y su ayudante el capitán Panchito Gómez Toro, hijo del General mambí Máximo Gómez.

Desde entonces cada siete de diciembre las cubanas y cubanos recordamos a quienes con su sangre abonaron la causa de la independencia en otras naciones. Poseen el más exclusivo de los privilegios no ser olvidados jamás.